martes, 8 de junio de 2010

¿AIA 2009? ¿Y eso qué es lo que es

Hace 400 años (bueno, 401 ya), el ilustre Galileo Galilei tuvo la genial ocurrencia de apuntar su arcaico telescopio (invento muy de moda en 1609) hacia el cielo, abriendo de par en par las puertas de la ciencia moderna y, en contra de los dictados de la doctrina religiosa en vigor, tuvo además la valentía de poner al hombre en el lugar que le correspondía. Hoy, después de cuatro siglos, sabemos que no somos más que los habitantes casuales de un punto insignificante, que gira en torno a una estrella mediocre, en una de las miles de millones de galaxias conocidas.


Y esto, precisamente, es lo que se ha celebrado durante el Año Internacional de la Astronomía 2009 (AIA2009, o su equivalente en inglés IYA2009): conmemorar este acontecimiento histórico que, verdaderamente, supuso un punto de inflexión, no solo en el conocimiento y pensamiento científico, sino en el puramente metafísico de nuestro lugar en el Universo (¿qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?).


Una vez concluido en AIA2009, se ha de hacer balance, y en este aspecto las cifras son espectaculares, ya que sólo en nuestro país se han organizado más de 3000 actividades relacionadas con la divulgación de la Astronomía, además de veintiún grandes proyectos a nivel nacional e internacional, con más de un millar de entidades involucradas de una u otra manera, entre ellas, 77 agrupaciones o asociaciones de aficionados, realizando lo que se dio en denominar las “Fiestas de las estrellas”: el intento de acercar las estrellas al ciudadano.


Y aquí es donde aparece mi particular decepción.


Cuando organizamos una sesión de observación “normal” (y cuando digo “normal” quiero decir hecha en cualquier otro momento que no sea el AIA2009) siempre es una actividad en buena medida pública y abierta a todo aquel que quiera acercarse. El boca a boca funciona muy bien, y normalmente siempre hay algún amigo-conocido-vecino-cuñado-oloquesea de alguno de nosotros que nos acompaña, y procuramos que disfrute con la observación, al igual que nosotros disfrutamos compartiendo lo que sabemos (poco o mucho) con él. Pero claro, estas observaciones se han de realizar necesariamente desde puntos apartados del resplandor luminoso que envuelve las grandes ciudades y sus áreas metropolitanas (en Granada, con un área metropolitana de cerca de medio millón de habitantes alumbrando de manera irracional sus casas, calles, edificios y carreteras, hemos de desplazarnos muchos kilómetros si queremos que este resplandor no nos moleste en exceso). El sentido último de estas “Fiestas de las estrellas” no es otro que, como he mencionado, acercar las estrellas al ciudadano, y esto no se consigue diciéndole: “si quieres venir con nosotros, ya sabes, coche y carretera, y nos vemos allí”. No. Había que enfocarlo como “acercar las estrellas a las ciudades”, convocando observaciones públicas desde el mismo casco urbano, lo más céntrico posible, de manera que el ciudadano no tenga que desplazarse, ni mucho ni poco, sino que al tiempo que da su paseo habitual, descubre un grupo de personas que, desde cualquier plaza, parque o jardín, están mirando al cielo y descubriendo constelaciones, planetas, nebulosas y galaxias.


Ahora bien, para que esto pueda ser llevado a cabo es imprescindible la colaboración del ayuntamiento correspondiente. Por un lado, este tipo de actividad necesita de unos permisos para poder llevarse a cabo. Por otro, si queremos mostrar algo más que alguna estrella brillante, la Luna o algún planeta, es necesario que en la zona desde donde se realice se reduzca en la medida de lo posible el alumbrado público. Y esto, también, corresponde al ayuntamiento. Pues bien, ni lo uno ni lo otro.


Les voy a contar nuestro intento: ya a finales de primavera de 2008 (!!!) conseguimos una entrevista con responsables de cultura de nuestro ayuntamiento, le expusimos esta idea y les pareció fantástica, hasta el punto de ofrecerse para hacer cartelería, publicidad en los medios, e incluso una rueda de prensa. Acordamos realizar una primera experiencia en otoño de este mismo año, y en función de la respuesta, organizar varias durante todo 2009. Dejamos pasar el periodo de vacaciones, y en septiembre intentamos retomar contacto para empezar con los preparativos. Nada, que no están, que no se ponen, que ya me llamarán, . . . Al final, y a través de una de las secretarias, la sentencia: este proyecto se engloba mejor dentro de las actividades del Plan Enrédate, dependiente de Juventud, que allí lo habían remitido y que ya se pondrían en contacto.


Van pasando los meses, empieza el Año Internacional de la Astronomía, se acerca la fecha para la primera “Fiesta de las estrellas”, y en vista de que no se muestra el más mínimo interés por parte de nuestro ayuntamiento, en ninguna de sus áreas (ya hemos tocado en Cultura y Juventud), decidimos dar un giro al planteamiento: vamos a intentar al menos organizar una observación pública diurna, mostrando el Sol a través de equipos específicos para ello (contamos con un PST Coronado y un 105 con filtro de vidrio). De esta forma, y sin necesidad de implicación más directa, ni requisitos adicionales, creíamos que no tendríamos problemas. Eso sí, queríamos contar al menos con una autorización por parte del ayuntamiento para poder celebrar este evento. Presentamos la correspondiente solicitud en el registro con más de 20 días de anticipación, y lo único que recibimos es otra decepción: ninguna respuesta, ni positiva ni negativa. Consideramos, por tanto, no arriesgarnos a tener algún tipo de problema si lo organizamos sin autorización, y decidimos no celebrarla.


Dispuestos a no tirar la toalla aún, intentamos tocar una nueva puerta: la del Parque de las Ciencias de Granada. Puestos en contacto con el responsable de Astronomía, le ofrecemos nuestra colaboración para realizar las actividades de observación pública que tenemos pensadas, esperando que la influencia de esta entidad pudiera facilitarnos las cosas. Pero… tampoco pudo ser. Que si ya lo estudiamos, que si ya os decimos algo, … Y eso que el PdC sí que ha estado involucrado directamente en numerosas actividades enmarcadas dentro del AIA2009, pero todas han sido de “puertas adentro” (opinión muy personal: a fin de cuentas, parece ser que lo único que interesa son los números).


Conclusión: en lo que me toca como aficionado a la Astronomía, miembro de una agrupación dispuesta a trabajar para que este AIA2009 fuese todo un éxito, la experiencia ha sido bastante frustrante y decepcionante. ¿Y para ti, lector no relacionado con la Astronomía? ¿Sabes qué ha sido el AIA2009?



PD1: espero que ahora podáis entender por qué he estado tanto tiempo sin actualizar el blog (en realidad, he de confesar, que no ha sido solo por eso)


PD2: una cosa muy positiva que tuvo el 2009 fue el regalo del Eclipse Total de Sol más largo del siglo XXI. Tuve la oportunidad de viajar hasta China para verlo. Y, paradójicamente, he ahí otra decepción más a añadir a la lista. Ya os contaré.