Acabó otra semana… ¡Es Viernes!
(jejeje)…el Sol va perdiendo fuerza y altura por momentos y las nubes… ni están
ni se las espera!! Un cúmulo de condiciones que terminó en una nueva expedición del grupo Vía Láctea al campo…lejos del “mundanal ruido” (y la
mundanal luz, jejeje) para disfrutar de una noche rodeado de buena compañía.
Así empezó la noche del viernes, 5 de octubre de 2012 en el Campo de Tiro de
Iznalloz.
La noche se preveía corta, ya que
la Luna menguante saldría a las 23 horas. Luego resultó que se demoró una hora
más en salir…”cosas del directo” que dirían algunos (jejejej). Allí nos
reunimos Benjamín y Álvaro (que siguen sacándole partido a sus prismáticos
15x70), Paco y David (con un flamante Smith-Cassegrain C8), Pedro (que era la
primera vez que salía con el grupo y estrenaba unos formidables prismáticos
Omegon 20x80), Salva (y su magnífico APO de 107 mm), Jesús (con su PACIENCIA de
infinitos mm para ayudarme a sacarle partido a mi reciente adquisición, jejeje)
y un servidor (con un Newton de 8’’ motorizado).
La puesta de Sol siempre es más
amena contando las batallitas de la semana, las últimas adquisiciones, los
últimos descubrimientos y montando todo el arsenal de “cacharrería astronómica”
sobre suelo firme. Paco y David siguen progresando en el árido mundo de la
tecnología y, después de motorizar su propia montura CG5, se disponían a
intentar dirigirla a través de su portátil (he de decir, que el objetivo se
cumplió con creces).
Benjamín, Álvaro y Pedro se
convirtieron en “los pistoleros de la noche”. Los Clint Eastwood de los cielos,
los más rápidos del Far West que
navegaban de constelación en constelación “tirando” con mucho acierto y
satisfacción a todo lo que se les ocurría: Los grandes cúmulos y nebulosas de
Sagitario, cúmulos globulares en Ofiuco y Hercules, NGC 884-869, la doble-doble
de Lira, M33, Júpiter y sus lunas, la Luna (con mayúscula y mucha luz, jejej) y
como no, M31, la Gran Galaxia de Andrómeda o, como Paco la bautizó: “La Señora
de los Cielos”.
Salva, por otro lado, llegó
mirando al cielo… Miró a Pegaso y parece que Pegaso le devolviera la sonrisa,
porque lo vio claro. “Era la noche del quinteto de Stephan”. Hubo que hacer
algunos ajustes e imprevistos varios (incluido el típico “sustillo” de apagón
de la batería), pero finalmente, no hubo nada que pudiera interponerse entre
nuestro querido “cazador galáctico” y el famoso quinteto de galaxias, salvo
unos 300 millones de años-luz. Nadie lo dudaba. Esperamos la “fotaza” cuando
esté procesada y lista para su disfrute.
Quinteto de Stephan. Foto: Gemini Observatory Image/Travis Rector,
University of Alaska Anchorage
Y para terminar, allí estábamos
Jesús y yo, “los silenciosos” (nótese el tono irónico, jejeje) haciendo mil y
una pruebas de configuración óptica con filtros, oculares y Barlows. Maravillosas las amplitudes de campo de los
oculares de Salva (Meade 5000 y Ethos), explorando los límites de aumentos con
una Barlow que nos prestó Pedro… y así nos pasamos la noche: ¡pidiendo más que
los niños chicos y disfrutando más que un perro con dos colas! Impresionante la
vista de M57 y de M13.
Lo más bonito de la noche: Una
preciosa conjunción entre la Luna, Júpiter y las Pléyades apareciendo por entre
los árboles hacia el Este. Nos detuvimos a observar algunos detalles lunares.
Echamos de menos un buen filtro polarizador o un Neodymiun en aquellos
momentos, pero nuestras retinas aguantaron un último esfuerzo para enfocar al
cráter Cassini.
Cráter Cassini en el Mare Imbrium (Luna).
Foto: La Bitácora de Galileo
Y dicen que cuando uno llega a la
cima y toca el cielo, lo mejor es retirarse… y eso fue lo que hicimos. Recoger
toda la cacharrería entre risas y retirarnos a descansar.
Hasta la próxima.
Miguel Ángel